costumbre

sábado, 4 de julio de 2009

Se nota que me desacostumbré a escribir, ahora cada vez que me lo propongo me cuesta horrores ponerme.

Ayer tuve dos horas de buena conversación con B. Sentadas en un banco, pasando frío, pero no importó. Estuvimos trabajando el tema de la inseguridad y las comeduras de cabeza innecesarias. Es curioso cómo nos llegamos a comprender!

El sábado fui con Ale al Mercat de la Boqueria, por la mañana. Estaba, cómo no, atestado de turistas, pero pudimos hacer algunas compras. Unas aceitunas rotas riquísimas, un poco de lomo embuchado, y hummus en la parada de cositas griegas. Además, pasamos por una tienda con productos argentinos y Ale se abasteció de dulces para una temporada (bueno, mentira, ayer nos terminamos el último!). Me llevó a una tienda rusa, cuántas cosas desconocidas vi! Lástima que no llevábamos la cámara, habrá que repetir la expedición.

Y ayer estuvimos en la playa, tomando el primer sol de primavera. Con Maca, que decidió que la manera más cómoda de hacerlo era tumbándose sobre la espalda de su papá. Y yo no sé si me estoy haciendo mayor, o qué, pero últimamente la semana antes de... estoy sensible. Muy sensible. Y llorona. Así que ayer sólo me faltaba, encima, estar escuchando a Love of Lesbian con sus

Si de todos mis delirios y mis cuentos
sólo el tuyo ha mejorado el argumento,
¿no serás tú?, ¿no serás tú?
Quizás no importa el tema y eso está de más.

Ahora me escondo y te obsrvo y te puedo decir:
Yo mataré monstruos por ti,
sólo tienes que avisar.

para que dejara escapar más de una y de dos lágrimas.

Ai. Qué tonta soy a veces.

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